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El aprendizaje como posibilitador del cambio

Aprendizaje y cambio | Change Management

Estamos ante un nuevo paradigma del cambio: el paradigma del cambio constante, donde cada cambio genera nuevo cambio, por lo que la competencia de la adaptabilidad al cambio se ha vuelto obligatoria, no sólo para las personas, sino también para las organizaciones.

Tenemos que adaptarnos al cambio y tenemos que hacerlo cada vez más seguido y más rápido, porque no sabemos qué es lo que va a ocurrir en el futuro próximo, pero sabemos que algo va a ocurrir y, seguramente, sea más rápido de lo que imaginemos.

La pregunta, entonces, es ¿cómo adaptarnos rápido y efectivamente al cambio? Y la respuesta, parece sencilla, pero no lo es tanto…
 

El aprendizaje como condición para posibilitar el cambio

Para cambiar tenemos que aprender. No hay cambio real sin aprendizaje. El aprendizaje provoca cambio y viceversa. Piensa en el último cambio significativo que hayas vivido… ¿qué has aprendido? Ahora piensa en algo que hayas aprendido, ¿cómo has cambiado a partir de ese aprendizaje?

Seguramente, te habrás dado cuenta de que el aprendizaje, muchas veces, no sucede de un momento para otro o de forma espontánea y que tampoco es lineal, sino que surge luego de que se conjuguen ciertos elementos. Y es que para que el aprendizaje real suceda necesitamos ciertos requisitos.
 

Requisitos para el aprendizaje

Por definición, podemos decir que aprender es el proceso por el cual una persona adquiere competencias para lograr una acción efectiva en el futuro. Por lo que aquí ya tenemos una pista muy importante: el aprendizaje es un proceso y esto implica que tiene que pasar tiempo.
Para aprender necesitamos tiempo: darnos el tiempo y que pase tiempo. Otro de los requisitos para que se dé el aprendizaje es la repetición: para aprender tenemos que repetir esa acción ¿cuántas veces? Las que nos hagan falta… pero ojo, no se trata sólo de repetir, no es garantía. ¿Te ha pasado de hacer algo muchas veces, en un determinado momento, y de querer volver a hacerlo al cabo de un tiempo y no recordar cómo se hacía? Es que el aprendizaje también requiere de recurrencia: debemos darle frecuencia a la acción para poder ser efectivos en el futuro. Y es que la efectividad es otro de los requisitos: debemos poder ejecutar las acciones de manera correcta, sino estaremos aprendiendo a hacer algo mal (tampoco sería la primera vez, ¿no?). Y, por último, el aprendizaje requiere autonomía: debemos ser capaces de ejercer esas acciones “solos”, sin necesitar que alguien esté a nuestro lado o que nos dé indicaciones de cómo hacerlo.

Ejemplo de aprendizaje y cambio

Para ilustrarlo con un ejemplo, recuerdo que este último verano decidí que quería aprender a jugar al volley. Todavía me preguntó cómo es que me surgieron las ganas si nunca me ha gustado el volley. Supongo que el hecho de vivir desde hace unos pocos años en una ciudad de la costa mediterránea ha influido. El punto es que prácticamente todos los fines de semana del verano pasado me la he pasado en la playa tomando sol, bebiendo mate y jugando al volley. Y para aprender a jugar tuve que, primero, dedicarle tiempo. No sólo el tiempo de juego sino también el tiempo de entrenamiento. Y no me bastó un solo fin de semana para “aprender”, sino que tuve que darle recurrencia, es decir, tuve que ir varios fines de semana a entrenar y jugar lo que me permitió ir mejorando cada vez.

Además, para aprender el saque, por ejemplo, tuve que pedirle a una amiga que me enseñara y me ayudara dándome indicaciones para, luego, practicar y repetir. Y les puedo asegurar que he repetido MUCHO el saque ¿hasta cuándo? Hasta que logré ser efectiva sacando, es decir, hasta que logré que la pelota pasara del otro lado de la red y cayera dentro de los límites de la cancha (también me he aprendido las reglas 😉). Pero, además, fui realmente efectiva cuando logré sacar sin que mi amiga me diera instrucciones de cómo balancear el cuerpo y poner las manos, es decir, cuando logré autonomía.

Los 5 requisitos para posibilitar el cambio en el aprendizaje.

¿Pero por qué decía antes que adaptarnos al cambio parece sencillo, pero no lo es tanto?
Porque cambio y aprendizaje van de la mano y, como seres humanos, tenemos ciertos obstáculos que superar para que el aprendizaje sea posible.
 

Obstáculos para el aprendizaje

  1. La incapacidad de declarar ignorancia. “No puedo mostrar que no sé”. No podemos declarar que, simplemente, no sabemos algo, pero declarar “no sé” es el primer paso para que el aprendizaje sea posible.
  2. La incapacidad de reconocer espacios de ceguera. “Yo lo sé todo”. A veces creemos que lo sabemos todo, simplemente porque no sabemos que hay cosas que no sabemos (esto es parte de nuestra ceguera cognitiva)
  3. La imposibilidad de aprender dado quien soy. “No soy lo suficientemente hábil”, “Esto es complejo para mi” “No voy a poder”. Todos estos son ejemplos de creencias limitantes que tenemos sobre nosotros mismos y que nos impiden asumir el desafío del aprendizaje.
  4. La necesidad de aprender rápidamente. “Aprenderé, pero rápido porque no tengo tiempo”. Como ya mencionamos, el aprendizaje es un proceso y requiere tiempo. El tiempo es escaso, pero en este contexto de cambio constante, dedicarle tiempo al aprendizaje debiera ser una prioridad.
  5. Confundir el estar informados con el “saber” hacer. “Hice un curso de liderazgo y por eso sé cómo liderar”. Creemos que por tener información sobre algo sabemos cómo hacerlo.
  6. No dar autoridad para que me enseñen “Tal vez tenga que aprender, pero lo haré a mi modo”. No le concedemos la autoridad y la confianza a otra persona para que nos guíe en el proceso de aprendizaje y nos dé instrucciones. A veces creemos que la otra persona no está a la “altura”.

Podríamos mencionar más obstáculos para el aprendizaje porque ¡existen mucho más! Pero lo importante, en cualquier caso, es que cada de uno de nosotros pueda reflexionar sobre cómo es nuestro proceso de aprendizaje y si estamos teniendo en cuenta los requisitos que son necesarios para que el aprendizaje sea posible.
Además, pensar en cuáles son los obstáculos más significativos a la hora de aprender y cuánto nos pueden estar limitando a estar más preparados para adaptarnos a los cambios. A partir de ahí, pensar qué tenemos que cambiar para aprender y qué tenemos que aprender para poder cambiar y, así, entrar en el círculo virtuoso de aprendizaje y cambio.

Y tú, ¿estás preparado para el ser cambio? #BeTheChange

Belén Oller, Change Management Consultant

Sobre el autor

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