El nuevo ecosistema liderado por la tecnología y el software requiere que desarrollemos y afrontemos los retos con habilidades diferentes. Ser capaces de pensar y expresar ideas de modo que una máquina, una red de ellas o sistemas ciber-físicos las puedan entender, reproducir, reutilizar y hasta escalar las soluciones, es la clave para generar valor disruptivo para el mercado.