El dinamizador de las Comunidades de Práctica

La voluntad es única: Cuando se desinfla hay que pincharla para que se anime. Y en las Comunidades de práctica, quien enarbola la aguja es el dinamizador, promotor, o máster de la Comunidad.

Ya explicamos en un artículo previo qué es una Comunidad de Práctica, qué modalidades hay, qué propósito las anima y cómo son una herramienta decisiva para la gestión del conocimiento dentro de las organizaciones.

Ahora vamos a poner el foco en un aspecto muy concreto de su funcionamiento, pero que explica en gran medida lo que hace que unas funcionen y otras no.

Una Comunidad de Práctica funciona como un equipo auto organizado que canaliza la necesidad de compartir experiencias, conocimientos, y buenas prácticas. La posibilidad de contactar con personas de similares intereses e intercambiar experiencias con ellas suele ser estímulo suficiente para animar a la participación. Sin embargo, esto no siempre basta, y por ello puede ser necesario crear un rol específico para dinamizar las Comunidades.

Los equipos en marcos como Scrum cuentan con una persona –el Scrum Master– que se preocupa de que el proceso sea dinámico y productivo, que los participantes no pierdan foco y busquen la mejora continua en su actividad, entre otras cosas. En un equipo suficientemente maduro esta figura se puede llegar a eliminar y asumir entre todos los miembros ese papel. Aunque incluso en equipos con ese grado de madurez contar, aunque sea puntualmente, con esa figura es una ayuda.

De la misma forma, una Comunidad de Práctica, sobre todo si no afloran de manera espontánea esas personas clave que arrastran a las demás, necesita su propio dinamizador.

¿Qué tipo de acciones puede realizar ese rol de dinamizador?

Todas las que crea necesarias para estimular la participación, como por ejemplo preocuparse de que haya actividades regulares en la Comunidad. Eso no quiere decir que sea necesariamente esa persona quien las organice y facilite, si no que haga lo posible para que se celebren e involucrar a otros miembros de la Comunidad para las lideren.

¿Y qué tipo de actividades son las que se pueden llevar a cabo en una Comunidad?

En realidad, cualquiera que fomente el intercambio de conocimiento y experiencias, aunque las más habituales sean cursos internos para compartir conocimientos con los demás, o externos para contar con la visión de fuera de la organización; mesas de debate para conocer la forma en la que otros miembros de la Comunidad afrontan problemas parecidos; elaboración colaborativa de informes, prototipos, manuales, o productos; análisis de herramientas y estándares; revisión de procedimientos y prácticas internas … y eso sólo por poner unos pocos ejemplos.

El dinamizador será una persona que se preocupe de conocer las capacidades y las necesidades de los miembros de la Comunidad para proponer actividades que extraigan lo mejor de las primeras y ayuden a solventar las segundas. Para ello puede invitar a personas con conocimientos o experiencias valiosas a que los compartan con los demás, o reunir a quienes tengan una necesidad específica para pedir acciones que ayuden a superarla.

Como se ve, son acciones que de manera espontánea puede lanzar y liderar los miembros de una Comunidad sin necesidad de que alguien les empuje a ello. Pero las Comunidades de Práctica, como toda pequeña sociedad, tiene dinámicas que determinan su funcionamiento y la actitud de sus miembros. En una Comunidad dinámica, sus miembros tenderán también a serlo. Una Comunidad con menos empuje, acaba volviendo a sus miembros menos proactivos: ahí es necesario un pequeño “empujón”.

¿De dónde sale el dinamizador?

Siempre de la propia Comunidad, no puede ser una persona externa, impuesta, salvo que la Comunidad haya sido promovida por la organización para solucionar una necesidad. En ese caso será necesario contar un dinamizador de la organización que eche a rodar la Comunidad hasta que uno de sus miembros pueda recoger el testigo.

En una Comunidad emergente creada espontáneamente a propuesta de sus miembros siempre hay personas dispuestas a que salga adelante y a que sea un éxito: esa es la mejor cantera de dinamizadores. Con el tiempo, pueden idearse mecanismos para evitar que ese rol sea una carga: hacerlo rotativo, electivo, crear figuras adicionales de apoyo, sobre todo en Comunidades grandes. El objetivo es hacer también del rol de dinamizador un hecho colectivo y compartido, en línea con el espíritu y objetivos de las Comunidades.

En Netmind ayudamos a empresas a diseñar y llevar adelante su propia estrategia de Comunidades de Práctica en sus distintas modalidades. Los expertos de Netmind tienen el conocimiento y experiencia necesarios para orientar a las empresas a la hora de definir su funcionamiento y favorecer su implantación.

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