Dada la situación que estamos viviendo, muchos de nosotros nos hemos tenido que acostumbrar de forma forzosa al teletrabajo continuo. Más allá de que nos guste más o menos, obviamente para gustos están los colores, la realidad que vivimos ahora mismo nos fuerza a tener que buscar nuevas formas de poder interactuar con nuestros compañeros, nuestros equipos y nuestros responsables.
Qué es la distancia virtual
Una de las consecuencias de esta “nueva normalidad” que es mantener relaciones de forma exclusiva a través de las pantallas, es la llamada “Distancia Virtual”. Por mucho que el nombre me parezca bastante autoexplicativo, usemos la definición de la Harvard Business Review para sentar las bases de lo que estamos hablando:
“Sensación de desapego psicológico y emocional que crece paulatinamente y de forma inconsciente cuando la mayor parte de las interacciones ocurren a través de las pantallas.”
Por desgracia para muchos, esta sensación se ha convertido en parte de esa “nueva normalidad”. Las buenas noticias son que tiene solución.
Factores de la distancia virtual
Veamos antes los factores que contribuyen a este distanciamiento virtual. Por un lado tenemos el distanciamiento físico, para el cuál en época de pandemia no tiene mucha solución, obviamente. Por otro lado, se produce lo que que se llama la distancia operacional que surge cuando empezamos a perder el contexto en el cuál trabajamos. A esto no sólo puede contribuir la difusión de los objetivos o el propósito como equipo sino también el mal funcionamiento de las herramientas comunicativas. Y, por último, tenemos el factor de distancia de afinidad, que tiene que ver con la dificultad de generar relaciones a través de medios virtuales.
Si pensamos por un momento en los entornos físicos, vemos que los problemas relacionales y contextuales también existen y, de hecho, siguen siendo un reto a la hora de poder crear equipos cohesionados y remando en la misma dirección. La particularidad del entorno virtual es que estos problemas se acrecientan y las soluciones tienden a no surgir de forma espontánea.
Y esa es la clave de todo, lo explícito e intencional. A la hora de poder construir relaciones u obtener contexto, muchas de las interacciones necesarias se dan de forma espontánea a la hora del café, de la comida, los minutos previos al inicio de una reunión etc. Pero en entornos virtuales esa espontaneidad se pierde y debemos obtener una postura mucho más intencional a la hora de hacer aflorar esas conversaciones.
Herramientas para solventar la distancia virtual
En el curso de “Liderar Equipos Virtuales”, proponemos diversas habilidades y herramientas que facilitan ese flujo de información, desde una técnica que por su naturaleza encaja perfectamente en este tipo de entornos como son los OKR’s, hasta formas de poder generar acuerdos de equipo sobre herramientas y contextos de comunicación.
Quick Game: Washing Instructions
Desde Netmind, te proponemos una pequeña dinámica para que puedas empezar a reducir esa distancia virtual, las Washing Instructions. Piensa en ellas como la etiqueta de unos pantalones o un jersey. En ella, encontrarás la forma en la que “lavar y tratar” la ropa dependiendo de sus necesidades.
Si trasladamos este mismo concepto al mundo del trabajo en equipo, te proponemos que cada una de las personas que conforman el equipo creen sus propias instrucciones de lavado. Deben pensar en cuáles son sus necesidades de cara a poder trabajar en este contexto y que traduzcan esas necesidades a los comportamientos del resto de compañeros, tanto aquellas cosas que los demás deben evitar como aquellas que ofreces y que animas. Lo importante de esta herramienta es que sea visible y compartida con todos los miembros del equipo en todo momento. Con ella, buscamos acelerar la comunicación y la capacidad de provocar conversaciones basadas en la empatía.
Esperamos que esto sea un pequeño paso para reducir esa distancia virtual y que al menos pueda hacer más llevadero lo que nos queda de confinamiento.