Capítulo 1:
La Evolución de las Competencias Tecnológicas - Parte 1
Mientras se discutía si estábamos en el último año del siglo XX o en el primero del XXI, el espacio dedicado a la tecnología en las conversaciones y en los telediarios trataba sobre todo del buen momento bursátil de las empresas ‘.com‘. Aún no teníamos iPhone (2007), no existía Facebook (2003) y ni siquiera teníamos un iPod (2001). Aunque, si habías dejado Altavista (1995), al menos ya podías buscar en Google (1998) información relativa a esta burbuja.
La tecnología a nivel de los usuarios estaba dominada por el uso que ya dábamos a los teléfonos móviles con capacidad para llamar y mandar mensajes y por la conexión a internet en nuestras casas con el innovador ADSL. En la empresa se acababa de superar (con algún sustillo y gracias a un enorme gasto, todo hay que decirlo) el temido “efecto 2000”, que aún para algunos fue motivo para clamar por la ‘desinformatización’.
En ese momento, aunque, la comunicación a través de la red entre empresas, y entre particulares y empresas, estaba aún lejos de llegar a su máxima expresión, la informatización de los procesos internos, las operaciones y la gestión de la información eran ya un hecho. Así que un problema ‘global’ podría afectar tanto a la seguridad de una central nuclear, como a los saldos de las cuentas bancarias.
El caso es que para el año 2000, las empresas estaban informatizadas y listas para que la sociedad del nuevo milenio se lanzase a la Transformación Digital. Algo que no podía ser más apetitoso: todos queríamos tener nuevos dispositivos, usar nuevos servicios e invertir en las empresas de las Nuevas Tecnologías.
Capítulo 1:
La Evolución de las Competencias Tecnológicas - Parte 2
¿Y quiénes hacían esto posible? ¿Quiénes estaban operando esa transformación?
Trabajar en la informática de una gran empresa (un banco, una eléctrica…) era ser un pionero. La artesanía estaba en todas partes. Era un trabajo solo para iniciados. Y había mucha gente joven (muy joven, incluso ‘te sacaban’ para trabajar antes de acabar la carrera) y muy especializada. No solo en la tecnología en sí, sino en el propio mapa de sistemas de las compañías, que se había ido construyendo con esa artesanía y solo unos pocos, muy pocos, podían llegar a comprenderlo en su conjunto.
La gestión de ese talento, se intentaba hacer desde las estructuras corporativas de la empresa pero, sin duda, no estaban preparadas para comprender y acoger este fenómeno. Al final “los informáticos” estaban en un sótano (literal) y su hábitat quedaba un poco al margen del resto de la empresa. Una ciudad sin ley, o con su propia ley.
Pero, poco a poco, a los informáticos se les empezó a exigir competencias blandas, y todos los empleados debían al menos tener conocimientos informáticos a nivel de usuario. La estandarización empezó en el año 2000. No es casualidad que ese mismo año se publicaran ITIL v2 y SFIA. Estos dos marcos ‘creaban’ de facto los procesos y las profesiones de IT. Y ya se tenía una base común que cualquier empresa podría adoptar (adaptándola a su manera) para definir qué se debía hacer en el área de IT, quién debía hacerlo y qué competencias debería tener. Todo un hito, que además ha perdurado en el tiempo de la mano de la evolución de estos marcos, que se han ido actualizando, y de la llegada de otros como Agile, DevOps, European Competence Framework (e-CF), COBIT, etc.
Y, mientras la integración de sistemas, la virtualización y la nube acercaba a la IT corporativa hacia la comoditización, la sociedad comenzó a adoptar la tecnología. En primer lugar, utilizábamos equipos de trabajo, pero luego quisimos llevar nuestros propios dispositivos a la oficina.
El CIO (Chief Information Officer) fue poco a poco acercando más su silla a la mesa de la Dirección. Hasta tal punto, que menos de 20 años después, en 2018, Francisco González, CEO de BBVA, declaró en el Foro de Davos: “No veo a BBVA como un banco, veo a BBVA como una empresa digital que posee información, y esa información se puede convertir en una hipoteca o en diferentes servicios“. En entrevistas y artículos posteriores, se popularizó el titular: “Somos una empresa de software“.
Capítulo 2:
Desarrollo de Competencias Soft en Profesionales de la Informática
La revolución tecnológica de las últimas décadas ha redefinido no solo lo que los profesionales de la informática hacen, sino también cómo lo hacen. Antes, el foco podía estar sólo en la operación del hardware y el desarrollo de software. Hoy en día, es esencial que los profesionales de la informática adquieran competencias blandas o “soft skills“ para prosperar en un entorno empresarial en constante cambio. La comunicación efectiva, la colaboración interdisciplinaria y la comprensión de los aspectos clave del negocio son ahora tan importantes como la profunda experiencia técnica. Esta evolución refleja la creciente interconexión entre la tecnología y los objetivos comerciales.
Capítulo 3:
Ampliación del Conocimiento Técnico
Asimismo, la tecnología ha avanzado a un ritmo vertiginoso, y la gama de conocimientos técnicos necesarios para los profesionales de la informática se ha expandido considerablemente. Ya no es suficiente limitarse a ese hardware y ese software convencional. Hoy en día, los expertos en tecnología deben estar al tanto de campos emergentes, como la inteligencia artificial, la computación cuántica, la infraestructura como código, la tecnología blockchain y la realidad virtual. Estos conocimientos son esenciales para mantenerse al día con las tendencias tecnológicas y para ayudar a las organizaciones a adoptar soluciones innovadoras.
Capítulo 4:
Competencias en Soluciones de Fabricantes Clave
Hemos seguido avanzando, a grandes pasos, en esa comoditización de la tecnología y la aparición de gigantes en el mercado tecnológico han impulsado la necesidad de que los profesionales de la informática sean competentes en soluciones específicas de fabricantes clave. Empresas como SAP, Amazon, Salesforce, Microsoft y otros líderes del sector ofrecen soluciones tecnológicas integrales que son fundamentales para una amplia variedad de industrias. Para aprovechar al máximo estas soluciones y garantizar la interoperabilidad, los profesionales de la informática deben adquirir un conocimiento profundo de estas tecnologías y las mejores prácticas para su implementación.
Capítulo 5:
Formación y Evolución Constante
Dado que la tecnología y las competencias tecnológicas evolucionan constantemente, las empresas se enfrentan al desafío de mantener a su personal al día con las últimas tendencias y avances. La formación de talento tecnológico requiere cada vez más la asistencia de especialistas en formación y desarrollo. Los programas de formación deben ser adaptables y polifacéticos, abordando no solo aspectos técnicos sino también competencias blandas y conocimientos comerciales. Mantenerse al día con las tendencias tecnológicas y empresariales es crucial para la competitividad en el mercado actual, y las empresas deben invertir en la formación y el desarrollo de su personal para garantizar que estén preparados para los desafíos del mundo digital en constante evolución.
Debido a todo esto, la estrategia de tu compañía en eCompetences es una decisión clave, es una ventaja competitiva que tienes que desarrollar. No sólo en el ámbito de IT, sino para la compañía en su conjunto, tener un alineamiento entre talento y tecnología, y un plan de desarrollo profesional en ese sentido, puede ser lo que te permita seguir con el rumbo bien dirigido y hacia el puerto del éxito.