¿Se puede ser Data Driven si no tenemos los datos suficientes como para tomar decisiones basadas en ellos? Definitivamente, sí.
De la misma forma que tener acceso a todos los datos del mundo no necesariamente nos convierte en Data Driven, no tener a nuestra disposición datos que nos ayuden en la toma de decisiones no necesariamente nos excluye de ser Data Driven.
Un aspecto clave a la hora de desarrollar una mentalidad Data Driven es la actitud que tenemos en el momento de tener que tomar una decisión para la que no tenemos toda la información que nos gustaría.
¿Qué hacemos? ¿Optamos por movernos por nuestras asunciones e intuiciones? ¿O intentamos conseguir los datos que nos ayuden a tomar una mejor decisión?
La búsqueda de esos datos puede no ser trivial.
En algunas ocasiones, es probable que tengamos a nuestra disposición ciertas fuentes de datos a las que poder acudir.
Sin embargo, si los datos no son fácilmente accesibles (o no existen), deberíamos de ser capaces de generarlos si queremos tomar una mejor decisión.
Pero, ojo. Con esto no queremos decir que tengamos que entrar en una parálisis por análisis.
En el contexto actual, el mundo no va a esperarnos a que tengamos toda la información disponible para tomar nuestra decisión en torno a un producto que nos gustaría lanzar al mercado, por ejemplo.
En muchas ocasiones tendremos que lanzarnos confiando más en nuestras intuiciones que en los datos que no tenemos, pero, como ya hemos dicho, la clave está en nuestra actitud y mentalidad para ser proactivos a la o hora de conseguirlos para que nos ayuden rápidamente a pivotar y seguir iterando nuestro producto o servicio, gracias a lo que hemos aprendido.
¿Y cómo podemos articular todo esto?
En primer lugar, depende de nosotros hacernos la pregunta sobre la decisión que queremos tomar. Sin información adicional, ¿Qué acciones llevaríamos a cabo? ¿Qué tendría que pasar para hacernos pensar de manera diferente?
A partir de ahí debemos reflexionar sobre la información que necesitamos para poder decidir y hacernos las preguntas adecuadas:
- ¿Cuál es la métrica que consideramos más relevante para la decisión que queremos tomar?
- ¿Cuáles son los factores de los que depende dicha métrica?
En este punto es dónde debemos hacernos la pregunta de si disponemos de los datos suficientes como para identificar cómo se relacionan esos factores o si, por el contrario, vamos a tener que pensar cómo conseguirlos.
Si somos afortunados y disponemos de los datos, antes de entrar en su análisis, es importante que prestemos atención a los siguientes aspectos:
Que la calidad de los datos sea la adecuada, es decir, que sean fiables, consistentes y nos ayuden en la toma de la decisión.
Evitar caer en la “trampa” de utilizar los datos para apoyar una decisión que ya estaba tomada de antemano en base a nuestras creencias.
No confundir correlación con causalidad. Que dos variables en nuestros datos se muevan a la vez no necesariamente significa que una indica en la otra.
Si no disponemos de los datos, entra en juego nuestra mentalidad Data Driven para hacer todo lo que esté en nuestra mano para conseguirlos y ayudarnos en el proceso de toma de decisiones.
¿Y qué acciones podemos llevar a cabo?
Investigación
En función de lo que estemos buscando, nuestros objetivos y contexto, podemos realizar diferentes tipos de investigaciones que nos permitan recabar datos o información para ayudarnos con la decisión que queramos tomar:
- Investigaciones de mercado: Si queremos tomar decisiones relacionadas con nuestro negocio, producto o servicio, una investigación de mercado nos proporcionará datos sobre el tamaño del mercado, las tendencias, las preferencias de los clientes o cómo se está moviendo la competencia.
- Encuestas y entrevistas: En primer lugar, podemos diseñar y realizar encuestas que nos ayuden a recopilar, por un lado, grandes volúmenes de datos cuantitativos y, por otro lado, opiniones, preferencias, etc. de las personas interesadas en nuestra decisión.
Puede ser extremadamente útil profundizar sobre los aspectos más relevantes que identifiquemos en los resultados de las encuestas mediante entrevistas, para ayudarnos a comprender mejor la perspectiva de nuestros clientes.
- Análisis de datos secundarios: Existen numerosos datos públicos disponibles en diversas fuentes que podrían proporcionarnos información relevante para nuestra toma de decisiones. Estos datos secundarios pueden provenir de investigaciones previas, informes gubernamentales, bases de datos públicas o incluso información ya disponible en nuestra organización.
- Investigación de casos de éxito: Si estamos considerando un enfoque específico o una estrategia que ha sido exitosa en otros casos, podemos analizar ejemplos similares, extraer lecciones aprendidas e identificar patrones que nos ayuden en nuestro contexto.
Siempre debemos tener en cuenta que cada situación en única y que lo que funcionó en un caso puede no garantizarnos los mismos resultados en el nuestro. Por eso es importante combinar nuestras investigaciones con otras fuentes de información y análisis para fundamentar nuestra decisión.
Experimentación
Como hemos dicho anteriormente, es posible que en ocasiones no tengamos toda la información que nos gustaría para saber si la decisión que vamos a tomar es la mejor, pero necesitamos tomarla y accionar, porque el mundo no va a esperarnos.
En esos casos, lo más inteligente es plantearnos esas acciones como experimentos.
La experimentación, como parte del método científico, nos ayudará, de una forma rápida, a encontrar las certezas que necesitamos para validar si la decisión que tomamos era la adecuada o si por el contrario tendremos que pivotar.
Si somos capaces de entenderlo e interiorizarlo como un proceso sistemático e iterativo donde tomamos una decisión, medimos los impactos y resultados de esa decisión y aprendemos de ello para la siguiente, mejorará nuestra capacidad de adaptación a los cambios bajo un enfoque de toma de decisiones basadas en datos.
Si además somos capaces de trasladarlo a nivel organizacional, la creación de una cultura de experimentación tendrá un impacto directo en la adopción de un mindset Data Driven.
En definitiva, ante la controvertida pregunta que nos hacíamos al principio, si se puede ser Data Driven si no tenemos los datos suficientes como para tomar decisiones basadas en ellos, casi podríamos concluir que es lo de menos si tenemos los datos.
Está en nosotros hacernos las preguntas adecuadas que nos ayuden a guiar nuestra decisión y tomar las acciones acordes para asegurarnos que lo hacemos tiene un sentido y está respaldado por datos confiables, precisos y relevantes.
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