Cuantas veces confundimos correlación con causalidad
Cuantas veces nuestros padres nos han dicho, o nosotros mismos hemos dicho a nuestros hijos “abrígate que te resfriarás“, o “está lloviendo, no te resfríes“. Si llueve, nos mojaremos (causalidad), pero si nos resfriamos puede ser consecuencia de otros factores, no por el hecho de la lluvia (correlación). Según el portal de noticias sobre salud Healthline, en realidad sí que tenemos algo más de probabilidades de contraer un resfriado después de haber estado expuestos a la lluvia durante un período prolongado de tiempo, sin que esta sea la causa exactamente de la enfermedad. La causa la encontramos en el funcionamiento de nuestro sistema inmune.
Existen multitud de ejemplos que ilustran esta confusión entre correlación y causalidad
En 2020, en plena aparición de la pandemia por COVID en todo el mundo, la incertidumbre respecto a cómo se propagaba el virus era enorme. Durante ese periodo en EEUU surgieron algunos bulos acerca de que el virus se propagaba a través de las antenas 5G. Y los datos realmente parecían acompañar esa afirmación. Las áreas donde se habían detectado más contagios coincidían curiosamente con los territorios en los que más antenas 5G había desplegadas. Pero no estaban teniendo en cuenta otro dato aún más importante. Los territorios con más contagios y más despliegue de antenas 5G coinciden, lógicamente, con los territorios con mayor población (las dos costas de EEUU). Por lo tanto, estos datos efectivamente tienen relación, o correlación, pero una no es causa de la otra.
La naturaleza humana nos hace a veces buscar explicación de causalidad a fenómenos relacionados, pero no necesariamente con una relación causa-efecto (es famosa también la correlación entre el incremento de muertes por ahogamiento y el número de películas que Nicolas Cage estrena al año). Aunque la correlación parece clara, la causalidad no.
A la hora de interpretar datos, entender las relaciones entre ellos nos ayudará a tomar las mejores decisiones. En esta época donde disponemos de tanta información y queremos generar una cultura de datos en las empresas tenemos que educarnos respecto a cómo interpretar correctamente los datos para posibilitar tomas de decisiones más efectivas.